Coherencia
- Jorge A. Carrillo E.

- 26 nov
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La vida productiva y en particular aquella en la que grupos humanos interviene como es la empresa, generalmente impone al liderazgo una serie de elementos que deberán ser sorteados a partir de un conjunto de características como son visión, competencia, talentos, astucia y más. Todo esto de manera natural establece también las formas en que el equipo mismo se adapta como sistema dinámico para entonces establecer el conjunto de acciones pertinentes y adecuadas con que se van a lograr los objetivos, Desde una óptica de coherencia, que no es otra cosa que la armonica relación entre unas y otras cosas, podemos esperar que entre más sea esta, se logra una mayor potencialidad. Un ejemplo sería un halo de luz que en una máxima expresión de coherencia, da lugar al rayo lasér capaz inclusive de perforar objetos. Acceder a esta posibilidad metafórica, demanda que un líder sea capaz de asumir pautas de reorganización interna desde donde sus capacidades se vean tan refinadas, que su efecto ordenador en la organización este debidamente alineado con este, con la visión, objetivos y el territorio en donde se realizarán las tareas. Como la mente, individual y colectiva no puede sustraerse de esto, será fundamental que la cultura organizacional, como ente vivo, que aprende y se adapta, pueda nutrirse de las fortalezas de todo el equipo, sus aprendizajes colectivos, así como la aauto reflexión que permita correcciones constantes y eficientes en miras de crear aún, mayor coherencia. Este proceso evolutivo nos lleva a replantearnos los medios de desarrollo de talento, integración de equipo y por sobre todo de modelos mentales. Frecuente es que el ego se atraviese en el líder y la soberbia anticipe la caída, pero también es refrescante observar aquellas personas que aspiran a la excelencia y asumen que el trabajo personal es la clave de un éxito que se aleja de los parámetros convencionales, de la zona de confort y de ceguera espiritual, entendiendola como un valor superior a la del individuo o visión de la empresa. Al final, las grandes responsabilidades que socialmente se deben asumir, no las realizan necesariamente los grandes empresarios sino las grandiosas personas que rompieron sus propios patrones perceptuales.




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