Sosteniendo el espacio
- Jorge A. Carrillo E.
- 8 oct
- 3 Min. de lectura

Una cualidad fundamental de toda persona que facilita alguna forma de apoyo o guía psicológica es la capacidad de sostener el espacio para que quien está en el proceso personal de transformación pueda encontrarse segura, contenida ante cualquier expresión emocional que pudiera surgir y acompañada a lo largo de la exploración y encuentro de aquellos aspectos personales a resolver. Esto demanda de una alta capacidad de empatía, autocontrol y percepción aguda que de pie a la continuidad del proceso que se está viviendo.
Esta modalidad del ser, que encuentra su punto culminante en este tipo de actividad, podemos también llevarlo a otras esferas de la vida cotidiana como son la maternidad o paternidad al guiar a los hijos por sus diferentes experiencias de vida, etapas de su desarrollo y ciertamente ante sus cambios hormonales. En este otro espacio, ciertamente se encuentran retos de otra naturaleza, más cuando se vive en núcleos familiares de conflictividad entre los padres o que atraviesan por diversas situaciones de crisis. Nada más complejo que ser padre o madre en estas circunstancias debido a la exigencia del momento y la inevitable naturaleza del vínculo familiar, algo que no sucede en un espacio de terapia.
También, sostener el espacio es una capacidad de aquellos que tienen responsabilidades de liderazgo y que sin importar la naturaleza del grupo o sus actividades o enfoque, invariablemente tienen como parte de su rol, la necesidad de contar con estas capacidades que permiten lograr una debida integración de su equipo, la resolución de conflictos internos al grupo o enfrentar aquellas situaciones de riesgo para la organización o su propósito. Si bien aquí se requiere un catálogo de habilidades “suaves” en la figura del líder, se tiene bien claro que hay que mediar entre personalidades, competencias, tiempos y responsabilidades. ¡Imaginemos nada más lo que esto implica al llevar en los hombros las responsabilidades de todo un pueblo o nación!
De todos estos anteriores ejemplos, podemos entonces inferir, que en lo personal, se tiene que contar con un estado del ser que nos sostenga a nosotros mismos mientras que somos parte de cualquiera de estas u otras interacciones que requieren de esta virtud. ¿Que tendría que suceder para llegar a un estado óptimo del ser que nos permitan estas capacidades de manera natural, con el menor desgaste de energía y se tenga la habilidad de adaptarnos y actuar en el momento de manera oportuna y precisa?
En mi experiencia personal, he encontrado la raíz de esta capacidad en un silencio interior debidamente integrado. Esto es, el poder establecerme en un centro que evite la natural actividad mental de comparar, juzgar o criticar y entonces permitir que desde ese silencio se tenga una clara habilidad de sentir las señales del entorno para actuar debidamente: a veces, la señal sugiere solamente escuchar a quien lo requiere validando pausadamente lo que se expresa; a veces también, a la par de esto lo que se requiere es estar atento a las señales del entorno ya que el cosmos habla y en diferentes contextos, este ofrece las pautas de aquello que tiene que suceder.
En una ocasión, por ejemplo, en medio de un momento de facilitación en el que la persona exploraba un estado depresivo ya muy arraigado en su vida, un pájaro se paró en una maceta con una planta algo seca indicando a esta persona moverse físicamente a ese lugar que era una representación metafórica del espacio físico en donde se encontraba un aspecto disociado a reintegrar. Esto permitió que al ir a ese lugar, esta cliente identificara la estructura energética de un trauma a resolver y que era la condición inicial de una experiencia de años de vivir en depresión y conflicto. Fue algo inspirador y emocionante poder apreciar como la vida conspira siempre a nuestro favor si nos damos el espacio para que esto suceda.
En un mundo tan agitado y complejo, en donde nos vemos constantemente obligados a sentir y actuar con la debida proporción, debidamente cimentados en el espacio y capaces de actuar con claridad y dirección, la habilidad de sostener el espacio es algo que se puede entender como una especie de súper poder. Es chiste aunque también es verdad.
Ya sea que tu momento actual requiera que sostengas el espacio de tus hijos, que te veas en la necesidad de dar sostén a tu pareja o equipo de trabajo, y más importante, que tengas la capacidad de ofrecerte este espacio a ti mismo, deseo que tu estado interno del Ser sostenga además, todo lo necesario para crear un mundo mejor.
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